Acción social27/09/2023

Día internacional de las Personas de Edad: una mirada, una reflexión

Con motivo del Día internacional de las Personas de Edad, ofrecemos nuestra mirada a las situaciones de las personas mayores, desde nuestro día a día en la Residencia Santa Teresa

Con motivo del Día Internacional de las Personas de Edad (el próximo 1 de octubre) reflexionamos sobre esta etapa de la vida, desde las situaciones que acompañamos en nuestra Residencia Santa Teresa.

La Residencia Santa Teresa de Cáritas Zaragoza es un hogar para personas dependientes que no pueden valerse por sí mismas, con un grado elevado de discapacidad y disfuncionalidad, que se encuentren en una situación de pobreza y/o de exclusión social. Este recurso residencial (para personas mayores y menores de 65 años en situación de dependencia) cuenta con 68 plazas -de las cuales 22 son concertadas con el Instituto Aragonés de Servicios Sociales-.

Hemos hablado con Sandra Basterra, su directora, para que nos amplíe la mirada hacia las personas mayores, desde la perspectiva de los cuidados, del día a día de la residencia y la atención integral

Desde tu experiencia profesional, ¿Cuáles son los principales retos a los que nos enfrentamos en el cuidado de las personas mayores y cómo ha evolucionado la atención?

Hay cambios, reflejo del movimiento y cambio de la sociedad en general. Por ejemplo, hace 20-30 años nuestros mayores venían fundamentalmente del mundo rural (con esa educación de lo sencillo y de la austeridad, del respeto a la autoridad, del “no molestar”, de agradecer mucho y valorar el trabajo del cuidado); por otra parte venían muchas mujeres mayores solteras que habían dedicado su vida al cuidado de los demás o al servicio doméstico; no existía el concepto del disfrute del ocio o tiempo libre. Actualmente, aunque todavía hay “personas mayores de los de antes”, la realidad es que han cambiado: salen más a tomar café, socializan de manera diferente, dan un valor diferente a la importancia de la imagen personal, se cuidan –nos cuidamos- de forma distinta. Hablamos más de derechos y de un buen servicio, las generaciones actuales resistimos más en nuestro domicilio y, cuando llegamos a la residencia, lo hacemos mucho más dependientes físicamente. Por lo que la atención también ha ido evolucionando para poder cuidar mejor. De eso trata la Atención Centrada en la Persona: que sean las personas que reciben cuidados los que nos digan cómo quieren ser cuidados y tengan más control sobre sus vidas; las tecnologías nos han ayudado en la atención, estamos rompiendo y dejando atrás el cuidado con el modelo en el que “el profesional decidía”, en calidad de experto, qué era lo mejor para la persona, o en el que la organización no podía flexibilizar esa atención. Nos estamos sensibilizando y gracias a eso, por ejemplo, nuestra residencia está catalogada como un “Centro libre de sujeciones” (físicas, farmacológicas) que entiende que para evitar una caída hay otras soluciones.

El edadismo, ¿en qué se observa?

Como sociedad, aún tenemos mucho que trabajar sobre el edadismo, sobre todo, cuando la persona mayor tiene algún deterioro en sus capacidades tanto físicas como psicológicas. Os reto a acompañar a una persona mayor a cualquier servicio y observar a quién se dirige el profesional: ¿lo hace al acompañante o a la persona mayor? También  sucede que llegan a las entidades bancarias y no pueden realizar sus trámites, ya ni pensar si tienen que realizar los trámites online, que desconocen: las dificultades y la lucha de muchos de ellos para sacar su dinero del banco directamente de ventanilla, que a ellos les ofrece mayor seguridad que un cajero (que muchas veces no pueden y/o no saben utilizar). Son algunos de muchos ejemplos.

¿De qué hablamos cuando hablamos de “personas mayores”?

Las realidades de las personas de edad avanzada son más heterogéneas de lo que creemos; su recorrido vital es diferente y marca esa diferencia. Las ilusiones continúan y los proyectos vitales también, adecuándolos a su realidad. En cuanto a las personas que residen en la residencia Santa Teresa, en mi opinión, a lo que más valor dan es a la seguridad, es decir: pertenecer a una comunidad, sentirse acompañados y apoyados, vivir actualizados, disfrutar de actividades que les agradan, desarrollar vínculos de calidad y significativos. 

¿Cómo acompañar con calidad y calidez?

En la residencia Santa Teresa nunca tiramos la toalla, porque creemos que la capacidad de superación y adaptación del ser humano es muy grande. Creemos en sus capacidades. Hay algo tan sencillo y tan grande como hacer sentir a la persona única e importante: eso hace que la vida merezca la pena ser vivida. 

«En la residencia Santa Teresa nunca tiramos la toalla, porque creemos que la capacidad de superación y adaptación del ser humano es muy grande. Creemos en sus capacidades. Hay algo tan sencillo y tan grande como hacer sentir a la persona única e importante: eso hace que la vida merezca la pena ser vivida».

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