Voluntariado24/01/2024

La experiencia de Irene: «El voluntariado me parece una responsabilidad maravillosa»

Irene, una joven voluntaria del equipo parroquial de Cáritas en el barrio Oliver de Zaragoza, nos cuenta su experiencia de voluntariado

El voluntariado en Cáritas es un voluntariado comprometido que cree en el cambio social hacia una sociedad más justa: “Ama al prójimo como a ti mismo”. 

Irene es una mujer joven que participa como voluntaria en el equipo de Cáritas del barrio Oliver, en la ciudad de Zaragoza. Hemos hablado con ella de su experiencia de voluntariado, qué cree que aporta y qué le aporta a ella.

Irene, ¿qué te impulsó a unirte como voluntaria a Cáritas?

Ya había sido voluntaria en Cáritas mientras estudiaba, y la verdad que era algo que quería volver a retomar… pero me ha sido imposible retomarlo hasta ahora, que participo como voluntaria en el equipo de Cáritas que realiza la acogida a las personas que solicitan ayuda en el barrio Oliver de Zaragoza.

¿Cuál es tu tarea como voluntaria en el equipo?

El equipo lo formamos cinco personas voluntarias, acompañadas por María, la trabajadora social. Nos dividimos en dos grupos, atendemos a una media de seis o siete familias todos los jueves.

Escuchamos, ayudamos a familias sin recursos o en riesgo de exclusión social.

Después, nos reunimos, comentamos, valoramos los casos y en equipo decidimos la respuesta que mejor se adapta a la situación de cada familia.

¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de las situaciones a las que acompañas?

En la zona vieja del barrio Oliver hay mucha pobreza: menores sin escolarizar, consumo de drogas y alcohol a edades tempranas, muchas familias viviendo en casas abandonadas que no reúnen condiciones mínimas de habitabilidad…

Me gustaría contaros un ejemplo de un caso que me impactó: En una de las últimas visitas domiciliarias, nos encontramos con un edificio abandonado en el que vivían varias familias. Nos llamó la atención que el edificio no tenía puerta, y el telefonillo estaba roto. Subimos las escaleras, estrechas, algunas rotas y llegamos al piso. Tampoco había puerta, las ventanas tenían los cristales rotos y entraba mucho frío… Nos recibió la mujer, con un niño de tres años en brazos y embarazada de otro. Era notable la falta de higiene, tanto en la madre como en el niño. La pareja nos comentó que no tienen trabajo. Lo único que tenían es un colchón grande tirado en el suelo y un par de mantas. Ni siquiera tenían baño para poder asearse. Nos comentaron que tenían problemas con las cucarachas e insectos en todo el edificio. Estaban a la espera de que les vinieran a desinfectar el edificio. Para comer se desplazaban a un comedor social y a veces les daban alimentos en la parroquia del barrio. Rápidamente, nos coordinamos con los Servicios Sociales de la zona. Supimos que estaban a la espera de resolución del Ingreso Mínimo Vital. Desde Cáritas, les ayudamos con un carro para cuando nazca el bebé, algo de ropa y un colchón nuevo; y les orientamos en el proceso de búsqueda de empleo.

¿Qué te aporta a ti ser voluntaria de Cáritas?

El voluntariado me parece todo un reto. Al final, conoces otras realidades muy distintas a las que estás acostumbrado a ver en tu día a día, algunas probablemente ni siquiera pensarías que pasan en España y mucho menos en tu ciudad, pero existen… y son realidades que, si no participas en este mundo (el de la acción social) no llegarías a ver jamás.

Conectar con esas personas, ponerles cara, que te cuenten su historia y sentir que tú les puedes orientar y ayudar a mejorar su vida, aunque sea un poquito… me parece una responsabilidad maravillosa.

¿Quieres ser voluntario/a de Cáritas? Da el primer paso. Llama al 976 294 730 o rellena el formulario en este enlace